Una tarea para aprender a escuchar, imitar, practicar la entonación y la pronunciación.
En grupos vamos a representar estas breves escenas de películas de animación (en su versión española).
Aquí abajo están los vídeos de las películas y los guiones.
Primero hay que ver los vídeos varias veces y leer con cuidado los guiones, subrayar las palabras clave, buscar el significado de algunas expresiones e intentar entender de manera general las escenas.
Después, nos vamos a dividir en grupos. Cada uno representará una de las escenas leyendo el guion e intentando cuidar la pronunciación y la entonación.
Por último, intentaremos jugar a doblar los vídeos en clase, como si fuéramos unos verdaderos actores de doblaje.
Una actividad para mejorar la pronunciación y la técnica de lectura (entonación y ritmo, sobre todo) y practicar la interpretación y comprensión.
Ya conocéis algunos microrrelatos (Galeano, Monterroso, etc.). Me parece que son perfectos para ser leídos en voz alta. Son breves, sintéticos, pero a la vez, profundos y cargados de significado.
Uno de los microrrelatos más breves, famosos y estudiados es El Dinosauriode Augusto Monterroso
Y aquí abajo van las instrucciones para vuestra TAREA:
1) Buscar y elegir un microrrelato de autores hispanohablantes (¡Escoged bien, es importante que os guste!).
Os propongo estos autores (es una lista bastante subjetiva, podéis elegir a otros…).
Si queréis os los podéis repartir para que el trabajo de búsqueda resulte más fácil:
Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Augusto Monterroso, Ana María Shua, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Ramón Gómez de La Serna, Juan José Arreola, Adolfo Bioy Casares, Vicente Huidobro, Luisa Valenzuela, Felipe Garrido. Manuel Mejía Valera, Luis Britto Garcia, Ana María Matute, Luis Mateo Díez, Gabriel García Márquez, José María Merino, Juan José Millás, Bernardo Atxaga, Javier Tomeo, José Jiménez Lozano.
Aquí tenéis un par de enlaces que os pueden ayudar:
Sus enfrentamientos literarios son una divertida muestra de su arte y de su gran talento. También a la hora de insultar.
Por lo visto así reaccionaba Quevedo al oírse comparado con Góngora (de la película Alatriste)
De la novela El Capitán Alatriste de A. Pérez Reverte:
[…]-No queda sino batirnos -dijo Don Francisco de Quevedo. La mesa estaba llena de botellas vacías, y cada vez que a Don Francisco se le iba la mano con el vino de San Martín de Valdeiglesias -lo que ocurría con frecuencia, se empeñaba en tirar de espada y batirse con Cristo. Era un poeta cojitranco y valentón, putañero, corto de vista, caballero de Santiago, tan rápido de ingenio y lengua como de espada, famoso en la Corte por sus buenos versos y su mala leche. Eso le costaba, por temporadas, andar de destierro en destierro y de prisión en prisión; porque si bien es cierto que el buen Rey Felipe Cuarto, nuestro señor, y su valido el conde de Olivares apreciaban como todo Madrid sus certeros versos, lo que ya no les gustaba tanto era protagonizarlos. Así que de vez en cuando, tras la aparición de algún soneto o quintilla anónimos donde todo el mundo reconocía la mano del poeta, los alguaciles y corchetes del corregidor se dejaban caer por la taberna, o por su domicilio, o por los mentideros que frecuentaba, para invitarlo respetuosamente a acompañarlos, dejándolo fuera de la circulación por unos días o unos meses. Como era testarudo, orgulloso, y no escarmentaba nunca, estas peripecias eran frecuentes y le agriaban el carácter. Resultaba, sin embargo, excelente compañero de mesa y buen amigo para sus amigos, entre los que se contaba el capitán Alatriste. […]
[…]No queda sino batirnos -insistió el poeta. Estaba, como dije, visiblemente iluminado por medio azumbre de Valdeiglesias. Se había puesto en pie, derribando un taburete, y con la mano en el pomo de la espada lanzaba rayos con la mirada a los ocupantes de una mesa vecina, un par de forasteros cuyas largas herreruzas y capas estaban colgadas en la pared, y que acababan de felicitar al poeta por unos versos que en realidad pertenecían a Luis de Góngora, su más odiado adversario en la república de las Letras, a quien acusaba de todo: de sodomita, perro y judío. Había sido un error de buena fe, o al menos eso parecía; pero Don Francisco no estaba dispuesto a pasarlo por alto:
Yo te untaré mis versos con tocino
porque no me los muerdas, Gongorilla…
Empezó a improvisar allí mismo, incierto el equilibrio, sin soltar la empuñadura de la espada, mientras los forasteros intentaban disculparse, y el capitán y los otros contertulios sujetaban a Don Francisco para impedirle que desenvainara la blanca y fuese a por los dos fulanos. -Es una afrenta, pardiez -decía el poeta, intentando desasir la diestra que le sujetaban los amigos, mientras se ajustaba con la mano libre los anteojos torcidos en la nariz-. Un palmo de acero pondrá las cosas en su, hip, sitio. -Mucho acero es para derrocharlo tan de mañana, Don Francisco-mediaba Diego Alatriste, con buen criterio. -Poco me parece a mí -sin quitar ojo a los otros, el poeta se enderezaba el mostacho con expresión feroz-. Así que seamos generosos: un palmo para cada uno de estos hijosdalgo, que son hijos de algo, sin duda; pero con dudas, hidalgos. Aquello eran palabras mayores, así que los forasteros hacían ademán de requerir sus espadas y salir afuera; y el capitán y los otros amigos, impotentes para evitar la querella, les pedían comprensión para el estado alcohólico del poeta y que desembarazaran el campo, que no había gloria en batirse con un hombre ebrio, ni desdoro en retirarse con prudencia por evitar males mayores.[…]
Vamos ahora a ver sus retratos. ¿Cómo son fisicamente? ¿Cómo os imagináis que era su personalidad?
era un reloj de sol mal encarado.
érase un elefante boca arriba,
érase una nariz sayón y escriba,
un Ovidio Nasón mal narigado.
Érase el espolón de una galera,
érase una pirámide de Egito,
los doce tribus de narices era;
érase un naricísimo infinito,
frisón archinariz, caratulera,
sabañón garrafal, morado y frito.
Y ahora le toca a Don Luis de Góngora, hablando de su “amigo” Quevedo:
Anacreonte español, no hay quien os tope,
Que no diga con mucha cortesía,
Que ya que vuestros pies son de elegía,
Que vuestras suavidades son de arrope.
¿No imitaréis al terenciano Lope,
Que al de Belerofonte cada día
Sobre zuecos de cómica poesía
Se calza espuelas, y le da un galope?
Con cuidado especial vuestros antojos
Dicen que quieren traducir al griego,
No habiéndolo mirado vuestros ojos.
Prestádselos un rato a mi ojo ciego,
Porque a luz saque ciertos versos flojos,
Y entenderéis cualquier gregüesco luego.
Os señalo también el blog de mi “compañera de instituto”, la profe Manuela Aparicio, si queréis seguir haciendo ejercicos, aprender qué es un chaparrón … 😉
Ya que se acercan las fiestas, la semana pasada estuvimos cantando villancicos a grito pelado, dando palmas y tocando nuestras panderetas…
Publico nuestra versión de la Marimorena, con panderetas y banjo (lo sé, no es muy español, pero me parecía el instrumento más adecuado y gracioso para la ocasión…).
Si tenéis grabaciones “clandestinas”, os invito a compartirlas con nosotros a través de este blog.
Para saber algo más sobre los villancicos y las tradiciones navideñas, os aconsejo que echéis un vistazo a esta entrada de ProfeAna (es la que os enseñé en clase):